miércoles, 30 de julio de 2008

EL MUNDO AL REVÉS. Lugares comunes.


Existe el mundo al revés.
Hay familias que se decepcionan cuando en la vida te dedicas a hacer dinero, criar hijos y tener trabajo fijo. Hay familias en las que has fracasado cuando no has dedicado la mayoría del tiempo a hacer algo que te gusta. Cuando no has cogido nunca una guitarra para jugar con ella, cuando no has fantaseado con viajes, cuando no has “perdido el tiempo” experimentando. Hay familias en las que divertirse no está mal visto.

Todo eso descubres cuando ves Lugares Comunes de Adolfo Aristarain.

Lily y Fernando (Mercedes Samprietro y Federico Luppi) son un matrimonio maduro que vive en Buenos Aires. Él es un profesor de literatura universitario y ella es una de esas mujeres sabias y sencillas de las que te vas enamorando cuando las vas conociendo. Son un matrimonio enamorado que ha ido tejiendo su historia a fuerza de confidencias y compartir. Viven de sueños e ideas.
Lily y Fernando tienen un hijo en España. No están orgullosos de él. Viven frustrados con su hijo porque teniendo apoyo para dar rienda suelta a su creatividad, éste decide en cambio irse a España a vivir el sueño europeo. Tiene dos coches, dos hijos enjaulados, una mujer con la que se casó porque no había otra y que se enfada cuando trae visitas y un trabajo en que no hace más que tragar. Vive en un chalet adosado a las afueras de Madrid.

Del otro lado, sus padres viven en esa Argentina agonizante en que las pensiones no te dan ni para pipas, en que hay que hipotecarse para vivir y vivir además rodeado de corrupción. Al pobre Luppi lo prejubilan de profesor de literatura. Deciden ir a ver a su hijo a España y allí ocurre la bronca, el choque de mentalidades invertido: "No has hecho lo que querías. Sólo lo que debías." Surrealista.
En el momento piensas “No hay para tanto, el hijo que haga lo que quiera, ¿qué es eso de que le ha decepcionado?”. Pero al final de la película comprendes. ¿Qué vida ha valido más la pena ser vivida? ¿La bancarrota de felicidad ranqueante en un país que se va al infierno o el infierno desahogado en la prostitución laboral del primer mundo?
Tenemos poco tiempo. Yo me quedo con la bancarrota.

lunes, 14 de julio de 2008

EMPEZAMOS CON UN REVIVAL: Mary Poppins




Como método ameno para aprender idiomas se me ocurrió volver a las películas de mi infancia porque pensé que los diálogos me sonarían y serían fáciles por ser para niños. Por eso me he puesto a bajar películas de Disney en francés y en inglés. La verdad es que es que el método funciona, a pesar de que todas las canciones me parecen una aberración sólo por no ser como cuando era pequeño. Pero lo más interesante es que estoy haciendo revisionismo de las películas. Una revisión sugerente es la que me ha surgido con Mary Poppins.
De pequeño me gustaba, a pesar de que la prota me parecía una tía insoportable. Ahora me parece incluso una buena película inteligente y hecha con intención . Alguna vez he oido que los niños captan la ironía pero en mi caso debía ser algo zoquete porque ahora veo lo mucho que se me escapó con esta peli.
Como ya sabéis Poppins es una nanny inglesa que llega a una familia de clase media-alta londinense para hacerse cargo de dos niños: Jane y Michael. La familia la forman un padre obsesionado con el control, el dinero, la exactitud y la corrección, una madre dulce y bienintencionada pero sin personalidad, unas criadas gruñonas y dos niños que conservan lo que tienen de bueno los niños.
Entramos en la historia con la presentación de los distintos personajes y del hogar familiar. Calle del Cerezo nº 17. Lovely Barrio residencial burgués inglés, con sus lovely jardines y sus lovely verjas negras. Al acercarnos a la casa vemos que nada es lo que parece y el domicilio de los Banks no es precisamente un hogar ideal: Los niños se han perdido en el parque porque hacen lo que les da la gana.
La madre de los niños, ajena a todo, llega repartiendo y cantando panfletos sufragistas mientras ensalza la lucha del género femenino en la Inglaterra del siglo pasado. (Las sufragistas son esas mujeres que se jugaban la vida distribuyendo panfletos políticos y lanzando huevos podridos al primer ministro de turno para exigir el derecho al voto). Cuando al fin se entera de que los niños han desaparecido teme la reacción de su marido y vuelve a la realidad: “esconde esto Ellen, al Señor Banks no le gustan mis ideas políticas…”.
Su marido es George Banks, ese padre de familia, gentleman inglés típico que se cree el centro de su hogar y que cree que su país es el centro del mundo. Que se vanagloria de tenerlo todo bajo control… Primera escena- primera carcajada burlona.
Llega de forma triunfal: “Ser hombre en Inglaterra bella cosa es, el hombre lo es todo en 1910, el señor de mi castillo (…). A los sirvientes, mujer, niños, vasallos… trato firme pero cortés”. Este señor de su casa (casa, en que su consorte lleva una carrera política clandestina y los niños van a niñera por semana) tendrá que ver como una mujer le pasa la mano por la cara repetidas veces.

Mary Poppins se presenta como una inglesa fría y displicente des del principio. Llega tiesa como un palo y así se mantiene. No obstante, poco a poco vamos descubriendo que seguramente se trata de una guasona de marca mayor. Como cuando pide a los niños que se sienten como Dios manda cuando están tomando té en el aire y la mesa está flotando o cuando niega haber hecho toda la magia que ha hecho durante la peli: “¿Cómo os atrevéis? Una mujer respetable como yo…”.
Bajo mi punto de vista con estas presentaciones se nos ofrece un mordaz retrato de la Inglaterra de 1910, seguramente con algo de mala hostia revanchista americana post-segunda guerra mundial.
La película entera puede entenderse como una enorme burla a la idea de hegemonía mundial encarnada en George Banks y en otros personajes como los banqueros del final de la película. De hecho creo que hay una reflexión sobre la idea de autoridad en general. En el film se contrapone la figura de Mary Poppins con la del padre de familia: la autoridad gratuita y arbritaria frente a la autoridad conseguida a través de lo que se comparte. A través de la maravilla, de lo curioso, de lo pequeño.
La Nanny les descubre a Jane y Michael el misterio sobre su padre: “es una persona que no ve más allá de sus narices”. Es decir no ve la belleza, no ve lo gracioso. “No se atreve a ver” como diría Ricky Fitts, “no sabe ni con qué siente placer”, como diría Amélie Poulain.
Y esa es la grandeza del personaje de Mary Poppins, que de pequeño no supe ver. Aparentemente disciplinada, la nanny está en realidad riéndose a carcajada limpia del antiguo significado del concepto autoridad y le está dando un nuevo significado más bueno para todos.
Esa contraposición de personajes tiene además tintes protesta. Por la moralina social que desprende su tema principal esta película la podría muy bien haber firmado Frank Capra.
Al principio del desenlace de la película, Poppins les explica a los niños que al día siguiente irán con su padre al banco y verán a una mujer mayor sentada en las escaleras de la catedral vendiendo comida para las palomas. Les transmite la belleza de la estampa y se duermen soñando con ver a la señora.

Y ahí es cuando la peli se pone casi anti-sistema. Los niños van al banco con su padre y este efectivamente ni ve a la señora. ¿Por qué un Winner como él iba a ver a la Looser que vende mierda para las palomas? En el banco vemos como el señor Banks induce a los niños a entrar en el engranaje capitalista dándole a un grupo de banqueros decrépitos dos peniques. Los niños que aún conservan algo de poesía deciden que los dos peniques son para dar de comer a las palomas y entonces se produce la escena más frankcapriana de la peli: Los banqueros peleándose con los niños por las monedas y el pueblo inglés que presencia la escena exige q se le devuelva todo el dinero de sus cuentas…
A riesgo de pecar de corporativista diría que Mary Poppins se acaba revelando como una especie de proto-educadora social con sus objetivos, su metodología, su proyecto, su temporalización e incluso su previsión del conflicto. No hay duda de que emprende un proceso de cambio integral en la familia que la acoje.
Como aspecto negativo, el personaje de Bert, que me sigue haciendo chichones. Para quien no sepa quien es, hablo del cruce entre Fred Astaire y Jim Carrey, que hace de amigo de Mary Poppins y que está presente en los momentos más aburridos de la peli. Podrian haber escogido a un actor menos histriónico.